Mantener los suelos de nuestra vivienda o empresa como el primer día, conservando su brillo, protegerlos ante las agresiones como el tránsito intenso y continuado o conseguir una limpieza óptima en todas las superficies, es algo que cada vez más personas entienden como indispensable, ya sea por el efecto estético, por el ahorro que conlleva al alargar su vida útil o por la seguridad de las personas que los transitan, ya que mantiene el pavimento con la resbalabilidad que necesita cada lugar dependiendo de su uso.

Esto ha llevado a un aumento de la venta de máquinas abrillantadoras, tanto a nivel de empresa como de particulares, que han querido introducirla como un elemento más en las rutinas de limpieza de sus inmuebles.

Pero antes de adquirir una abrillantadora, debemos conocer un poco más sobre cómo funcionan para determinar cuál es el modelo más adecuado a nuestras necesidades.

Características de las máquinas abrillantadoras

Las máquinas abrillantadoras han supuesto todo un avance en la limpieza, protección y mantenimiento de suelos y superficies ya que, obtienen unos resultados óptimos y profesionales, ahorran tiempo y nos ayudan a llevar a cabo el trabajo con menor esfuerzo al introducir una herramienta eléctrica en el proceso que nos facilita su realización.

Son máquinas rotativas, es decir, que funcionan mediante la rotación de su disco, el cual gira a más de 1.000 revoluciones por minuto para lograr la fricción necesaria con la superficie.

Se encuentran disponibles en el mercado en varios tamaños y diámetros de disco, por lo que además de ser fáciles de transportar, ya que también poseen ruedas o llantas para ser arrastradas, nos dan la posibilidad de elegir la talla de máquina abrillantadora ideal para el espacio a trabajar.

Son ideales para el pulido, limpieza, abrillantado y cristalizado de prácticamente todo tipo de suelos y pavimentos, y los mejores se obtienen mediante un proceso de pulido más exhaustivo con pulidora tradicional o satélite previo al uso de la abrillantadora.

Partes de las máquinas abrillantadoras

Las máquinas rotativas o abrillantadoras se componen de varias partes que facilitan su uso, realizan el proceso y se ajustan al usuario para mayor comodidad de éste. Son las siguientes:

• Base para el disco: se trata de una plataforma circular donde, en su parte inferior, se acopla el disco elegido para realizar el trabajo. Es la parte de la máquina que gira gracias al motor que se encuentra en su parte superior, superando las 1.000 rpm.. Puede tener diferentes sistemas para acoplar el disco, como velcro o enganches.
• Mando ajustable: para la comodidad del usuario y que su uso en cuanto a direccionamiento de los movimientos sea el ideal, su mando puede ajustarse en altura según las necesidades del operario. Además, incorporan un sistema de seguridad que para la máquina en caso de que ésta pierda los dos agarres y que impide ser arrancada sin el accionamiento de unas palancas de seguridad antes de apretar el gatillo de arrancado. El mando direcciona la máquina lateralmente mediante el desplazamiento de este hacia arriba y hacia debajo de manera sutil, minimizando el esfuerzo ejercido por su conductor.
• Llantas: Se encuentran en la parte inferior trasera y facilitan su transporte, así como estabilizan la máquina.

Recomendaciones antes del uso de máquinas abrillantadoras

Antes de adquirir una máquina abrillantadora y comenzar a realizar cualquier tipo de tarea con ella, debemos tener en cuenta una serie de aspectos que conseguirán determinar el proceso, maquinaria, herramientas y productos ideales para alcanzar los mejores resultados.

• Espacio a trabajar: no es lo mismo abrillantar una habitación pequeña en una vivienda que un pasillo de un centro comercial, por lo que tanto el diámetro del plato como el tipo de máquina debe ser el adecuado a los metros de superficie que queremos trabajar. Incluso, podemos encontrar abrillantadoras sin cable que funcionan mediante gas para superficies grandes como los centros comerciales o almacenes.
• Tipo de suelo: las características de los suelos son muy diferentes y requieren de unos cuidados específicos para cada tipo. Antes de comenzar a trabajar, infórmate bien del tipo de suelo a tratar, su dureza, porosidad, color, resistencia, etc...
• Discos: dentro de los discos podemos encontrarlos tanto en diferentes tamaños, que deben ir acorde al tamaño del plato donde van a ser acoplados, tanto su dureza y fabricación. Existen discos de diferentes tipos de fibra y de diversa dureza para según el trabajo que vayamos a realizar, destinando los más duros al pulido y limpieza y los más blandos al cristalizado y abrillantado. Esta dureza, en el ámbito de su comercialización, se distingue mediante código de colores, normalmente de menos a más, blanco, rojo, marrón y negro.
• Productos químicos: no es lo mismo tratar el granito que el terrazo o el mármol, ni es lo mismo un suelo verde que un suelo blanco. También hay superficies que no deben resbalar ni lo más mínimo tras su cristalizado como pueden ser los suelos de hospitales y residencias, y superficies que necesitan productos mucho más resistentes al tránsito intenso como los centros comerciales. Además de todos estos factores y diversos más, las diferencias que se presentan entre abrillantar, pulir y cristalizar, determinan el producto químico a utilizar en cada trabajo para un acabado perfecto y adecuado a las necesidades del lugar y tipo de superficie. Si buscas los mejores productos químicos para el mantenimiento, limpieza y protección de suelos, pincha aquí.

Máquinas abrillantadoras de Comercial Lozano

Ahora que ya conoces mucho más acerca de las máquinas abrillantadoras, Comercial Lozano te presenta sus abrillantadoras de alta calidad y fabricación propia. Se encuentran disponibles en varios diámetros para adecuar a la tarea a realizar.

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